Londres en el Siglo XVIII

El siglo XVIII fue un periodo de rápido crecimiento para Londres, donde se refleja un aumento de la población y el despertar de la Revolución Industrial. Londres juega un papel muy importante dentro de la evolución del Imperio Británico.

En el año 1707 se aprobó un Acta de Unión fusionándose los Parlamentos de Escocia e Inglaterra, estableciéndose así el Reino de Gran Bretaña. Un año más tarde, en 1708, la obra maestra de Christopher Wren, la Catedral de St. Paul fue completada el día de su cumpleaños, aunque el primer servicio tuvo lugar el 2 de septiembre de 1697, más de 10 años antes.

Esta Catedral reemplazó a la catedral original de St. Paul, que había sido completamente destruida en el Gran Incendio de Londres. Este edificio es considerado uno de los mejores de Gran Bretaña y un buen ejemplo de la arquitectura barroca.

Muchos comerciantes procedentes de diferentes países llegaban a Londres para comerciar bienes y mercancías. Además, la gran cantidad de inmigración que hubo hizo que la población de la ciudad creciera aún más.

Muchas personas se trasladaban a Londres para trabajar y para hacer negocios, contribuyendo a hacer Londres más grande y más frenética. La victoria de Gran Bretaña en la Guerra de los Siete Años incrementó su prestigio internacionalmente, y se abrieron nuevos grandes mercados al comercio británico incrementando aún más su prosperidad.

Durante el periodo de los Georgia, Londres se amplió a un ritmo acelerado más allá de sus límites tradicionales. Distritos nuevos como Mayfair fueron construidos para los ricos en el West End, nuevos puentes sobre el Támesis alentaron la aceleración del desarrollo en el sur de Londres y en el East End, el puerto de Londres se expandió aguas abajo. Durante este periodo también se produjo el levantamiento de las colonias americanas. En el año 1780, la Torre de Londres retenía a un único prisionero americano, el ex-presidente del Congreso Continental, Henry Laurens. En 1779 fue el representante del Congreso de Holanda, y obtuvo el apoyo del país para la revolución.

En su viaje de vuelta a América, la Marina Real le capturó y le acusaron de traición después de encontrar evidencias de un motivo de guerra entre Gran Bretaña y los Paises Bajos. Fue liberado de la torre el 21 de diciembre de 1781 en un intercambio por el General Lord Cornwallis.

En el año 1762, George III adquirió el Palacio de Buckingham (entonces conocido como Casa de Buckingham). En los siguientes 75 años este palacio sería ampliado por arquitectos como John Nash. No sería hasta el siglo XIX que el Palacio de Buckingham se convertiría en la principal residencia real londinense.

Un fenómeno destacable del siglo XVIII fueron los cafés, los cuales se convirtieron en lugares populares para el debate de ideas. El crecimiento de la alfabetización y el desarrollo de la imprenta significaron que la información y las noticias eran más asequibles. Fleet Street se convirtió en el centro de la prensa británica durante este siglo.

En el siglo XVIII también estuvo muy perseguida la delincuencia, y los “Bow Street Runners” se establecieron en el año 1750 como fuerza policial profesional.

Las penas por los delitos eran muy duras, incluso se aplicaba la pena de muerte por delitos relativamente menores. El ahorcamiento era muy común en Londres, llegando a ser muy popular entre la población, siendo un evento que no se podían perder.

En el año 1780 Londres fue sacudido por los Disturbios de Gordon, un levantamiento de los protestantes contra la emancipación de los Católicos Romanos dirigido por Lord George Gordon. Estos disturbios ocasionaron graves daños a las iglesias católicas y a las casas de los católicos, y unas 285 personas fueron asesinadas.

En el año 1787, los esclavos liberados de Londres, Estados Unidos y de muchas de las colonias de Gran Bretaña fundaron Freetown en la moderna Sierra Leona.

En 1750, el Puente de Londres era el único puente que cruzaba el Támesis, pero en este año se abrió el puente de Westminster y, por primera vez en la historia, el Puente de Londres, en cierto sentido, tuvo un rival.

El siglo XVIII vio la ruptura de las colonias americanas y muchos otros eventos desafortunados en Londres, pero también grandes cambios y desarrollo educativo. Todo esto llevó al comienzo de los tiempos modernos, el siglo XIX.