El palacio de Blenheim es una enorme casa de campo que se encuentra en Woodstock, Oxfordshire, y es la residencia de los duques de Marlborough. Se trata de la única casa de campo no real y no episcopal que se encuentra en Inglaterra y tiene el título de palacio.

El palacio de Blenheim es una de las casas más grandes de Inglaterra, fue construida entre los años 1705 y 1724, y en el año 1987 fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.

Originariamente la construcción de esta casa se hizo para ser un regalo a John Churchill, primer duque de Marlborough, como un agradecimiento de la nación por el triunfo militar contra los franceses y bávaros en la Batalla de Blenheim.

Sin embargo, este lugar se convirtió muy pronto en un tema de luchas políticas, lo cual provocó el exilio de Marlborough, la caída del poder de al duquesa, y un daño irreparable en la reputación del arquitecto Sir John Vanbrugh.

Diseñado en un estilo barroco inglés, la apreciación de su arquitectura entre la gente se encuentra tan dividida como estaba en la década de 1720. Además es un edificio único debido a su combinación es su uso como casa familiar, mausoleo y monumento nacional. Este palacio es también notable por se el lugar de nacimiento y hogar el primer ministro Sir Winston Churchill.

La construcción del palacio fue un campo minado de intrigas políticas provocadas por Sarah Churchill, la duquesa de Marlborough. Tras la finalización del palacio, este edificio se convirtió en el hogar de la familia Churchill durante los siguientes 300 años, y varios miembros de esta familia han llevado a cabo cambios en su interior, así como en sus parques y jardines. A finales del siglo XIX, el palacio y los Churchills fueron salvados de la ruina gracias a un matrimonio estadounidense.

Emplazamiento

La finca dada por la nación a Marlborough para su nuevo palacio fue un feudo de Woodstock, llamado a veces Palacio de Woodstock, el cual había sido un feudo real que en realidad era poco más que un parque de ciervos. La leyenda ha oscurecido los orígenes de la mansión. El rey Henry I cerró el parque para mantener los ciervos. Henry II ubicó a su amante Rosamund Clifford allí. Al parecer, el poco ostentoso pabellón de caza fue reconstruido muchas veces, y apenas ofrecía nada destacable en su historia hasta que Elizabeth I, antes de su sucesión, fue encarcelada allí por su hermana la reina Mary entre los años 1554 y 1555.

Elizabeth había estado implicada en la trama o el complot Wyatt, pero su encarcelamiento en Woodstock fue bastante breve, y la casa permaneció olvidada hasta que fue bombardeada y arruinada por las tropas de Oliver Cromwell durante la Guerra Civil. Cuando el parque estaba siendo reconstruido o ajardinado para el palacio la primera Duquesa quería que las ruinas históricas fueran demolidas, mientras que el conservacionista Vanbrugh quería restaurarlo y convertirlo en una característica del propio paisaje. La duquesa, como otras veces en sus disputas con su arquitecto, ganó la partida y los restos de la casa fueron destruidos.

El Arquitecto

La selección de un arquitecto para este ambicioso proyecto fue controvertida. Se sabe, que la duquesa estaba a favor de Sir Christopher Wren, famoso por construir la catedral londinense de St. Paul y otros importantes edificios. Sin embargo se dice que el duque, después de un encuentro casual en un teatro, encargó a Sir John Vanbrugh el proyecto. Vanbrugh, un autor de obras dramáticas, era un arquitecto inexperto quien trabajaba junto con Nicholas Hawksmoor. Este dúo había acabado recientemente la primera fase del castillo barroco Howard. Esta enorme mansión de Yorkshire era una de las primeras casas de Inglaterra con un extravagante estilo barroco europeo. Marlborough estaba obviamente impresionado por esa grandiosidad y deseaba algo similar para Woodstock.

Sin embargo, los resultados arquitectónicos obtenidos en Blenheim no fueron los que  Vanbrugh había imaginado. La lucha por la financiación estaba dirigida con acusaciones de extravagancia y muchas facciones del poder afirmaban que era un diseño poco práctico. Ante estas afirmaciones Vanbrugh no encontró respaldo en la duquesa de Marlborough.

Estaba duquesa se sentía frustrada de no poder emplear al famoso Wren, y criticó a Vanbrugh en todos los niveles, desde el diseño hasta el gusto. En parte sus problemas surgieron a partir de las demandas del arquitecto. La nación quería un monumento, pero la duquesa no sólo quería hacer un homenaje a su marido sino también conseguir una casa confortable, dos requisitos que no eran compatibles en la arquitectura del siglo XVIII. Finalmente, en los primeros días de la construcción del edificio el duque estaba frecuentemente fuera en campañas militares y dejó a la duquesa que negociara con el arquitecto Vanbrugh. Más consciente que su marido de la precaria ayuda económica que estaban recibiendo, la duquesa frenó y rechazó las ideas grandiosas de Vanbrugh de una forma arrogante, en vez de ser clara y explicar su situación económica.

Después de un altercado Vanbrugh fue expulsado del lugar. En 1719, mientras la duquesa estaba fuera, Vanbrugh vio el palacio en secreto. Sin embargo, cuando él y su mujer, con el conde de Carlislte, visitaron el palacio ya terminado como miembros de una visita guiada pública en 1725, le fue negada la entrada, e incluso la entrada al parque. El palacio había sido completado por Nicholas Hawksmoor, su amigo y socio en arquitectura.

Lo cierto es que el estilo barroco usado por Vanbrugh nunca cautivó realmente la imaginación del público, y fue rápidamente superada por el renacimiento del estilo Palladio (un estilo que recuerda las líneas de griegos y romanos). La reputación de Vanbrugh fue dañada de manera irreparable, y no recibió más encargos públicos importantes.

La falta de fortuna

A la muerte del primer duque en el año 1722, y ya que sus dos hijos ya habían muerto, fue sucedido por su hija Enriqueta. Este hecho fue una sucesión inusual y requirió un acta especial del Parlamento, ya que generalmente sólo los hijos podían heredar un ducado. Cuando Enriqueta murió, el titulo pasó al nieto de Marlborough Charles Spencer, conde de Sunderland, cuya madre era Anne, la segunda hija de Marlborough.

El primer duque no era un hombre rico, y la fortuna que poseía se utilizó en su mayoría para terminar el palacio. En comparación con otras familias de duques británicas los Marlboroughs no podían presumir de riqueza. Sin embargo, esta familia vivía cómodamente hasta los tiempos del quinto duque de Marlborough (1766-1840), un derrochador que redujo considerablemente los restos de la fortuna familiar. Este duque se vio forzado a vender eventualmente ciertos bienes familiares, aunque Blenheim estuvo a salvo, y a su muerte en 1840 dejó a la familia con bastante problemas familiares.

En la década de 1870 los Marlboroughs tenían importantes problemas financieros. Vendieron importantes objetos, pero no fue suficiente para salvar a la familia. En el año 1880 el séptimo duque fue forzado a petición del Parlamento a terminar con la protección del Palacio así como de su contenido. Esto se logró bajo un acta, y las puertas del Palacio se abrieron para dispersar gran parte de su contenido. La primera víctima fue la Biblioteca Sunderland, la cual se vendió en 1882, incluyendo a volúmenes tan importantes como Las Epístolas de Horacio impresas en el año 1480. Los 18.000 volúmenes recaudaron un total de 60.000 libras. Otros objetos se vendieron también muy bien, sobre todo las pinturas.

La suma de dinero obtenido, bastante grande según los estándares de la época, no cubrieron las deudas, y el mantenimiento del gran palacio se mantuvo más allá de los recursos de los Marlboroughs. La familia siempre había sido pequeña en relación a su gran rango ducal y a su gran casa. La depresión agrícola británica, que comenzó en la década de 1870, añadió problemas a la familia. Cuando el noveno duque heredó la propiedad en 1892, los Spencer-Churchills estaban casi en la bancarrota. 

Noveno Duque de Marlborough

A Charles, al noveno duque de Marlborough (1871-1934), se le atribuye la salvación del palacio y la salvación de la familia. Al adquirir el ducado casi en la bancarrota en 1892, se vio forzado a encontrar una solución rápida y drástica para los problemas. Impedido por los estrictos dictados sociales de finales del siglo XIX para ganar dinero, sólo le quedó una solución, casarse por dinero. En noviembre de 1896, con frialdad y abiertamente sin amor, el duque se casó con la reconocida belleza Consuelo Vanderbilt la cual era la heredera del ferrocarril Americano. El matrimonio se celebró después de prolongadas negociaciones con los padres. Su madre estaba desesperada por ver a su hija como duquesa. El precio acordado fue de 2.500.000 libras (unos 62 millones actuales) en acciones de la compañía. Además la pareja tendría un ingreso anual adicional de 100.000 dólares durante toda su vida. La novia afirmaría más tarde que fue encerrada en su habitación hasta que aceptó el matrimonio. El contrato fue firmado en la sacristía de la iglesia St. Thomas Episcopal en Nueva York, inmediatamente después de la celebración de la boda. Cuando salían de la iglesa Marlborough dijo a Consuelo que amaba a otra mujer y que nunca volvería a Estados Unidos, ya que “despreciaba todo lo que no fuera británico”.

La situación de la familia mejoró desde la propia luna de miel, cuando el vacío de joyas se llenó, además se compraron tapices, cuadros y muebles de diferentes lugares de Europa que llenaron el vacío palacio. Al regreso de la luna de miel el duque comenzó una exhaustiva restauración y redecoración del palacio. Las habitaciones de la parte oeste del palacio fueron redecoradas imitando al palacio de Versalles aunque nunca superaron al gran palacio de Luis XIV, algo que el duque lamentaría posteriormente. Dentro de la redecoración surgió también el problema de que las principales habitaciones se trasladaron al piso superior rompiendo el estilo.

En la terraza oeste el arquitecto paisajista Achille Duchêne fue contratado para crear un nuevo jardín acuático. En la segunda terraza debajo de la anterior se colocaron dos grandes fuentes al estilo de Bernini, con modelos con la misma escala de aquellas de la plaza Navona.

Dentro del palacio fue ampliado el número de personal, el cual fue vestido con elegancia para resaltar la riqueza de esta casa ducal. El personal del interior de la casa era de aproximadamente 40 personas, mientras que fuera del edificio trabajaban unas 50 personas incluyendo a personal de mantenimiento, electricistas para las nuevas instalaciones, carpinteros, jardineros, etc. Los encargados de la seguridad iban vestidos con traje negro y botones plateados, pantalones de montar de piel de ante, y sombreros de copa.

Blenheim se convirtió otra vez en un lugar maravilloso y de prestigio. Sin embargo, Consuelo no era feliz. Ella dejó reflejado sus muchos problemas en su cínica y a menudo poco sincera biografía “The Glitter and the Gold (El Brillo y el Oro)”. En el año 1906 Consuelo conmocionó a la sociedad y dejó a su marido, divorciándose por fin de él en el año 1921. Más tarde se casaría con el francés Jacques Balsan. Consuelo murió en el año 1964 y vivió viendo a su hijo como Duque de Marlborough, además volvía frecuentemente a Blenheim, a la casa que había odiado y a la vez salvado, aunque eso si, como un sacrificio involuntario.

Después de su divorcio el Duque se casó de nuevo con una antigua amiga de Consuelo, Gladys Deacon, otra estadounidense. Los ojos de esta mujer excéntrica permanecen en una pintura que está en el techo del gran pórtico norte. La terraza inferior estaba decorada con esfinges modeladas en Gladys y realizadas por W. Ward Willis en el año 1930. Antes de su matrimonio, mientras estaba con los Marlboroughs, Gladys causó un incidente diplomático provocando al joven príncipe heredero de Alemania Wilhelm. El príncipe le dio un anillo antiguo reliquia de su familia, el cual más tarde debería ser recuperado por los servicios diplomáticos. Después de su matrimonio Gladys tenía la costumbre de cenar con el Duque con un revolver al lado de su plato. Cansado de ella y de sus extravagancias, el Duque se vio obligado temporalmente a cerrar Blenheim, y recortó los servicios para conseguir que ella se fuera. Posteriormente la pareja se separó pero nunca se divorciaron. El duque murió en el año 1934 y su última duquesa lo hizo en el año 1977.

El noveno duque fue sucedido por su hijo y el de Consuelo Vanderbilt: John, décimo Duque de Marlborough (1897-1972) el cual después de once años como viudo, se volvió a casar a la edad de 74 años con la francesa Laura Charteris, ex-esposa del segundo vizconde Long y el tercer conde de Dudley, y nieta del onceavo conde de Wemyss. Este matrimonio duró muy poco, ya que el duque moriría justo seis semanas más tarde, el 11 de marzo de 1972. La afligida condesa se quejó de la falta de hospitalidad de Blenheim después de la muerte del conde, y pronto se fue. En su autobiografía hace referencia al Palacio de Blenheim como “The Dump (El Tugurio)”. Laura moriría en Londres en el año 1990.

Situación actual

Hoy en día el palacio de Blenheim continúa siendo el hogar del los duques de Marlborough. Al igual que sus antepasados la familia vive parte del año en el palacio ocupando las mismas habitaciones que los primeros duques que las ocuparon.

El palacio, el parque y los jardines están abiertos al público previo pago de una entrada (19 libras, septiembre 2011). Dentro de sus atracciones se incluye una casa de mariposas, un laberinto, un centro de plantas, una cafetería, dentro de una atmósfera que todavía mantiene la de una gran casa de campo. El palacio está separado por una corta distancia de este grupo de atracciones (conocido como “Pleasure Park”), y están unidos por un servicio gratuito de ferrocarril en miniatura, el Blenheim Park Railway. El proceso o progresión de hogar a negocio ha sido esencial para la supervivencia del palacio, tanto en el siglo XX como en el siglo XXI. Dentro de los aspectos comerciales cabe destacar el laberinto, la zona de juegos, el mini tren, la tienda de regalos, la casa de mariposas, la pesca, e incluso las botellas de agua mineral de Blenheim. El agua mineral natural Blenheim está embotellada en la propiedad. Además tanto en el palacio como en su parque se organizan conciertos y festivales.

En los apartamentos públicos, los clientes tienen la posibilidad de ser invitados o incluso una pareja puede pagar para poder casarse en el palacio. Sin embargo, la familia ducal todavía se entretiene en el palacio y realiza cenas en ocasiones especiales en sus salones. Hoy en día es un lugar muy propicio para realizar rodajes de películas, ya que se trata de un buen escenario para escenas de la aristocracia de la época. El Palacio de Blenheim continúa siendo un homenaje al Primer Duque, el cual fue previsto por este duque, su mujer y el arquitecto Sir John Vanbrugh.

El Palacio de Blenheim ha sido designado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en el año 1987.

DATOS PRACTICOS PALACIO DE BLENHEIM

La población más cercana al palacio de Blenheim es Woodstock, la cual se encuentra a apenas 12 kilómetros de Oxford. Así pues, la población de Woodstock es un buen lugar para buscar alojamiento en caso de querer pasar la noche por la zona.

Desde Oxford hay numerosos autobuses que te llevarán hasta Woodstock.

Normalmente el Palacio abre sus puertas todos los días, excepto lunes y martes, aunque se recomienda visitar su página web para cerciorarse de que esté abierto el día que vayamos. Su página web es http://www.blenheimpalace.com/.

El turista que visita Blenheim normalmente adquiere un ticket que incluye el Palacio, el parquet y los jardines. De esta manera puede ver una impresionante zona verde, los jardines, puede usar el tren en miniatura que le llevará a los jardines “Pleasure Gardens” y otras atracciones entre las que destacan el laberinto Marlborough, la zona de Juegos de Aventura, la casa de las mariposas o el jardín de lavanda.

El ticket para un adulto cuesta 24 libras y para un niño 13,90 libras (año 2017). El niño debe tener entre 5 y 16 años, y los menores de 5 años tienen la entrada gratuita. Como en otros lugares turísticos existen diversas concesiones, descuentos para familias y grupos.

Se puede decir que hay mucho para ver y disfrutar en el Palacio de Blenheim tanto si llegas en un tour y dispones de apenas una hora, o si dispones de todo el día.

Dentro del Palacio hay que visitar los Salones de Estado donde se suelen realizar tour guiados donde se dan explicaciones de la colección exquisita que hay de cuadros, muebles, tapices y porcelana. Los domingos suele haber música en la biblioteca, así como en días especiales.

“La Historia jamás contada” es una experiencia fascinante que ofrece el palacio donde se informa al turista de acontecimientos importantes dentro de la vida del palacio en los últimos 300 años.

La exposición de Churchill está organizada alrededor de la habitación donde nació Sir Winston Churchill. Aquí se ofrece una visión de cartas personales, fotografía y pinturas de este conocido personaje.

Dentro del parque y los jardines cabe destacar las majestuosas terrazas de agua, el adornado jardín italiano y el Jardín Secreto, el jardín de las Rosas, la Cascada y el Arboretum, lugar con árboles.

“The Pleasure Gardens (Jardines de Placer)” es un lugar ideal para familias. Se puede coger el minitren desde el palacio y visitar este sitio donde los niños pueden disfrutar del laberinto de Marlborouhg, la zona de juegos de aventura, la casa de las mariposas y donde puede tomarse algo en el Café jardín.




Frontal de la Abadía de Westminster, Ravanus Flavus

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